El Corpus
Christi es una fiesta de la Iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía.
Este nombre viene del latín y significa “Cuerpo de Cristo”, por eso también es
llamada Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Antiguamente se llamaba
Corpus Domini que significa cuerpo del Señor. Su principal finalidad es
proclamar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole públicamente el culto de adoración.
Específicamente, el Corpus Christi es el jueves que sigue al noveno domingo
después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte, es decir,
60 días después del domingo de Resurrección. En algunos países, como en España,
esta fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral.
La fiesta
surgió en la Edad Media, cuando una religiosa promueve la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre
de Cristo presente en la Eucaristía y se celebra por primera vez en 1246 en Bélgica.
Fue
instituida en el año 1264 por
el papa Urbano IV,
mediante la bula Transiturus hoc mundo y se le encargan a Santo Tomás de Aquino los textos para la
celebración con himnos y secuencias propios del día.
A lo
largo de los años diferentes papas fueron regulando esta celebración y
aumentando su importancia, pero fue el
papa Nicolás V el que le dio el último espaldarazo cuando en la festividad del Corpus Christi del
año 1447,
sale procesionalmente con la Hostia Santa por las calles de Roma.
En muchos
lugares es una fiesta de especial relevancia. En España existe el dicho
popular: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo,
Corpus Christi y el día de la Ascensión, lo que da idea del arraigo
que ha tenido siempre esta fiesta.
Las
celebraciones del Corpus suelen incluir una procesión en la que el mismo Cuerpo
de Cristo se exhibe en una custodia (pieza de oro o de otro metal precioso, donde se
coloca la hostia,
después de consagrada, para adoración de
los fieles).
En Zamora
la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín o de la Concha participa en las
celebraciones del Corpus Christi al menos desde el siglo XVII.
En el
siglo XVIII la procesión del Corpus Christi aunaba a las parroquias y cofradías
de la ciudad que acudían con sus insignias a acompañar el desfile por las
calles de la ciudad, teniendo solo algunas de ellas el privilegio de participar
con sus imágenes.
A finales
del siglo XIX aun se conservaba la estructura barroca de la celebración del
Corpus, hasta que las normas canónicas prohibieron la participación de imágenes.
La víspera del Corpus partía la procesión desde San Antolín en la que la Virgen
de la Concha desfilaba en una andas plateadas bajo un rico dosel. En su camino
a la catedral se iba incorporando el clero y las imágenes de las distintas
parroquias de la ciudad. Al día siguiente las cruces parroquiales y las
imágenes precedían el suntuoso desfile del Corpus, al finalizar la reserva en
la S.I. Catedral la Virgen regresaba a su iglesia de San Antolín
A partir
de la década de los 40, la imagen de Nuestra Señora de la Concha ha sido
trasladada en la víspera del Corpus Christi a las dependencias del Ayuntamiento
para presidir las Misas celebradas durante la mañana del Corpus y regresar a su
templo tras la celebración de la procesión con el Santísimo Sacramento. Desde
el año 2010 la Virgen de la Concha ha vuelto a participar de las celebraciones
litúrgicas en honor del Corpus Christi acudiendo a las Vísperas Solemnes que se
rezan en la tarde del sábado en la S.I. Catedral ante el Santísimo Sacramento.
En el año
2011 se recuperó la tradición de erigir altares efímeros en honor al Santísimo a lo largo del recorrido de la
procesión.
La
polémica ha saltado este año a la calle cuando el alcalde de la ciudad no ha
permitido que la imagen de la Virgen de
la Concha, patrona de la ciudad, entre
en el ayuntamiento.