lunes, 21 de marzo de 2016

TRAS TRES MESES DE OLVIDO

Bueno, pues ya se acabaron.
Se me ha pasado enseguida esto de las vacaciones de Navidad. Cada vez las hacen más cortas, o a mi me lo parece, pero aun así yo me lo he pasado fenomenal.
El día 22 de diciembre, día del sorteo de la lotería de navidad, terminé las clases. Y pensé: "¡por fin! un montón de días sin tener clase". No  nos toco nada. ¡Pero no importa! ¡Es el día de la salud! Todo el mundo dice: "No nos a tocado nada pero tenemos salud que es lo que importa"
El día 24, Noche Buena y el 25, Navidad nos fuimos, como todos los años, a casa de los abuelos. También vino mi abuelo Eutimio. El 25 por la tarde nos fuimos a casa de mi primo Alex y estuvimos jugando hasta tarde, nos lo pasamos fenomenal.
El sábado 26 volvimos a casa de mis abuelos porque vinieron los tíos de Salamanca. Que bien lo pasamos.
Como se quedaba mi primo Pablo en casa de Alex, yo también me uní al grupo y estuvimos juntos hasta el 29 por la tarde. Y porque tuve que irme al ensayo de la orquesta.
El 31, último día del año lo pasamos en nuestra casa. Vinieron mis abuelos, mi tío Roberto y unos amigos. Preparamos la cena entre todos, la comimos y... a las 12 a por las uvas. 1,2,3,4,... ¡hay! que se me atragantan. Nos empezamos a reír, y ya no sabíamos por que uva íbamos. Da igual, habia que comerlas deprisa y terminar a la vez que las campanadas. No todos lo consiguen siempre.
El día del año, 1 de enero, nuevo año y fuimos de nuevo a casa de los abuelos, esta vez eramos  menos, no estaban ni mi abuelo Eutimio ni mi primo Alex y sus padres, aun así todavía eramos diez.
Segundo día del año y tuve un importante concierto. Todo el día ensayando, pero mereció la pena el concierto sonó muy bien. La pianista Paula Coronas lo hizo fenomenal y nuestra orquesta no se quedó atrás El martes 5 nueva actuación de la orquesta, esta vez en la calle, en el pórtico de la iglesia de San Antolín. Creo que fue el día más frío de todo el invierno. Cuando terminó el primer pase, que duro media hora, teníamos las manos congeladas, ya no podíamos pulsar las curdas ni sujetar los arcos; menos mal que mi madre ( la más lista de los padres ) se le ocurrió llevar un calefactor y nos pudimos calentar antes de salir otra vez a tocar.
Y por fin llego el día 6 y vinieron los reyes. Me encanta levantarme temprano por la mañana y despertar a toda la familia mientras grito y corro por la casa. Todos los miembros nos sentamos en la entrada junto a nuestros regalos y vamos abriéndolos por turnos. Es un momento familiar precioso. Es lo mejor de todas las navidades.
Día 7 de enero. "¡Noooooooooooo! ¿Pero ya se han acabado las vacaciones?"  Tuve que estudiar todo el día porque casi no lo había hecho en todas las navidades.
Bueno, en conclusión, que no he estudiado mucho pero he jugado y me he divertido un montón y una cosa muy importante: "Me encanta pasar la Navidad en familia"

UNA MÁS EN LA FAMILIA

Siete años. Eso es lo que han tardado Javier y Mª José, mis tíos, en poder adoptar a una niña, mi primita nueva.
Ellos ya tenían  a Alex (su hijo biológico) pero querían tener más. Ella no conseguía quedarse embarazada y ahí es cuando decidieron hacer una solicitud a los Servicios de Protección de Menores de Castilla y León. Estos se encargan de proporcionar una familia a niños que carecen de ella. Así comenzó el largo periodo de papeleo, entrevista, visitas,... Pasaba el tiempo y no los llamaban con la gran noticia. Pero, por fin un día de Enero de 2016 recibieron la esperada llamada: Había una niña de tres años que necesitaba una familia, y esa familia podía ser la suya.
Han pasado dos meses y por fin ya tienen en casa a la pequeña princesa.
La adaptación mutua no es fácil pero con el tiempo se acostumbrarán , y el amor que ahí entre ellos será fuerte y verdadero.