Cuando me entere, se me acelero el corazón, parecía que me iba a estallar, no me lo podía creer.
Salimos de casa para ir a algún sitio con mi madre.No se, algo del trabajo de ella. Nos acercaba mi hermano en el coche. Nos dejo en la plaza mayor y caminamos hacia San Vicente. Cuando giramos en la plaza del Fresco y vi a tanta gente a la puerta del teatro Principal lo entendí todo. Pues si, era lo que pensaba y no me atrevía a decir. Íbamos a ver el espectáculo Pagagnnini. Tal vez el concierto más alucinante de música clásica que me pudiese imaginar en la vida.
Fue estupendo, maravilloso, fantástico... Me encanto. Uno de los mejores regalos de cumpleaños que le pudieras hacer a un joven músico.Y mi madre me lo había hecho a mi.
No me importaría nada volverlo a ver.
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